lunes, 19 de octubre de 2009

Crónica: Celta Pool - C.Caribeño

Un capricho del árbitro tumba al Celta Pool
Caribeños y amarillos jugaron a la ruleta rusa en un campo impracticable. Un nefasto arbitraje culminó con un penalty injusto favorable al Caribeño, sin posibilidad de reacción para los Célticos.


El Celta Pool tuvo demasiados enemigos en la mañana del Domingo: Un campo indigno (La Mina), el madrugón, y un rival que tuvo a seis jugadores en los momentos claves del encuentro.

Hay un campo de hockey hielo en vigo... ¡Se llama Monte de la mina!

Un partido que se saldó con cuatro tarjetas amarillas, a pesar de transcurrir con una deportividad destacable (Sobre todo si tenemos en cuenta el resbaladizo estado de la cancha) y que protagonizó un árbitro que aplicó el reglamento como le vino en gana, probablemente por el desconocimiento y sus ganas de protagonizar el choque... Desgraciadamente al final lo consiguió, dejándole en bandeja el gol decisivo a los Caribeños.

El encuentro estuvo muy alejado de lo que sería un encuentro normal; El recién pulido terreno de juego de la Mina estaba extremadamente resbaloso y en cualquier categoría seria se hubiera suspendido el partido.

Todo el partido estuvo marcado por esta circunstancia, y el juego se desarrolló erratico e irregular, con los jugadores temerosos de estrellarse, más preocupados de mantener el equilibrio que por el enfrentamiento en sí.

Las ocasiones se sucedieron en ambas porterías y también los fallos. Los puntos pudieron ser para cualquiera de las dos formaciones, pero la puntería de ambos estaba gafada. (Aunque tirar con precisión en esa pista estaba alto complicado)

El Caribeño tuvo más puntería que el Pool, e hizo trabajar algo más a Juan, el portero Céltico, que cuajó una grán actuación.
Sin embargo, el Pool fué capaz de tratar mejor la pelota (A pesar de todo), y de llevar el peso del partido en grán parte del encuentro.

Los cinco minutos de la segunda parte fueron un calvario para los célticos, que al igual que la jornada anterior alternaron fases de buen juego con otras de despiste generalizado.

Desgraciadamente, el árbitro se erigió en el protagonísta absoluto e influyó en el resultado final de forma decisiva:

Su criterio en sancionar con tarjeta amarilla fué riguroso e incoherente: Tan solo una acción del partido fué merecedora de cartón... Y fué la única que no fué aplicada; En una internada de Manu, en un mano a mano con el guardameta caribeño, el defensor céltico fué zancadilleado por detrás. La jugada no tuvo más sanción que la falta.
Las cuatro tarjetas que si mostró, para ambos equipos, fueron por motivos absurdos y entradas leves.

Acumuló todas las faltas para los dobles penaltis; Cuando el nuevo reglamento contempla que solo las directas computan para esta pena.
El Celta Poll se vió con doble penalty en contra, por inocentadas como faltas de saque y alguna mano involuntaria.

No dejó al portero Céltico tocar la pelota dos veces seguidas con el pié dentro del área argumentando doble cesión: Una jugada que ya no existe con el nuevo reglamento en la que el guardameta solo se ve encorsetado por el límite de cuatro segundos y la lógica cesión a las manos, que esta prohibida.

Para rematar la faena, pitó una rigurosísima mano de Juan en el último minuto, cuando ningún jugador rival estaba cerca para presionarle, fruto de un rebote desafortunado e involuntario que no tenía ningún tipo de incidencia en el juego, ni beneficio alguno, y que el equipo contrario no había reclamado.
El estricto colegiado decretó una falta sin barrera, a una distancia inferior a la de un penalty convencional... Todo un detalle de protagonísmo del colegiado, que si quería ser el más destacado del encuentro lo consiguió con creces.
Desde aquí nuestra más irónica enhorabuena.

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