
Aunque en realidad, el pequeño Freezer es un hijoputa de primera división y considera cualquier ocasión buena para romper cabezas, arrancar miembros, o empalar a Krilín con uno de sus cuernos.
Pero afortunadamente para nuestros muñoncetes preferidos, Dende, el pequeño Namekiano, puede curar gracias a sus poderes psiquicos sin necesidad de emplear las judías mágicas.
Lástima que no se le ocurriera decirlo antes, ya que así Songoku estaría luchando ya con ellos.
El cabronazo de Freezer decide transformarse por primera vez para acabar el trabajo con más facilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario