Triunfo cómodo y sin reservas en el partido atrasado ante el Dalie. Los rojillos mostraron una actitud totalmente diferente a la ofrecida en el último encuentro contra La Banda de Lucas.
7-0
Cierto es que el Cafetería Dalie no jugó un gran encuentro, y que La Banda de Lucas rayó a buen nivel en el partido anterior, pero el Volcanes también fue otro equipo en la noche del Miércoles.
El viejo Cafetería Caribeño pagó los platos rotos del Domingo y soportó a un Volcanes con un extra de motivación tras el último tropiezo.
La presión de los rojillos fue débil ante la Banda de Lucas, pero contra el rival de esta jornada lució como un martillo pilón; El ritmo de recuperaciones fue espectacular.
El acierto hacia la portería también mejoró, y Turko ofreció una gran imagen en su segundo partido como Volcánico, haciendo un gol de bandera.
Otro espectacular tanto nos lo regaló un estelar Miguelín, que realizó un gran dribling al portero que terminó sentado sobre la superficie del pabellón de Carrasqueira.
El equipo dejó encarrilado el partido en los primeros minutos. Una salida en tromba dio sus frutos rápido, y en los diez primeros minutos el Volcanes ya se había escapado con un contundente 7-0.
Los cambios no produjeron turbulencias en el juego volcánico, que por primera vez en muchos años puede presumir de una plantilla compensada.
Los siguientes cincos, (el volcanes dispuso de cuatro cambios) funcionaron igual o mejor que el primero, y ante la escasa resistencia del Dalie, tampoco era tan necesaria como otras veces la capacidad de retención de Emilio, Fonseca, y Miguel, que tuvieron un partido relajado desde principio a fin.
Lo peor del encuentro fue la lesión de uno de los jugadores del Dalie en una jugada absolutamente fortuita, en la que el jugador torció su rodilla sin nadie a su alrededor.
Victoria y regocijo para un Volcanes necesitado de triunfos tras una mala racha.