El Ondiñas pagó una desastrosa primera parte con una merecida derrota frente a un competente Cedro.
Domingo 18 de Marzo de 2007. Picadero de Samil. 13 horas. Soleado.
R.Ondiñas 0
Cedro 2
El Ondiñas salió escaldado de su enfrentamiento ante Cedro, esta mañana en el Picadero de Samil. Derrota merecida que se vio seriamente agravada por la nefasta actuación del árbitro, que expulsó a Fonseca en la recta final del partido de manera injusta, lastrando al Ondiñas con su sanción de cara a próximas jornadas.
El partido fue intenso y ganó en interés con el paso de los minutos. El equipo azul saltó al campo desentonado, parsimonioso y adormilado, cosa que pagaría muy cara, ya que el Cedro salió enchufado al encuentro desde el primer minuto, con un planteamiento valiente y dispuesto a borrar al Ondiñas del campo.
Durante los primeros quince minutos, el Ondiñas no existió, y el conjunto blanco dominó absolutamente todas las facetas del juego. Con un juego inteligente y de toque, el Cedro mareo a placer a los jugadores del Ondiñas, que no pasó prácticamente del medio campo.
Cedro dejó el balón en poder de los defensores Ondiñas, presionando muy abajo, pero los zagueros y mediocampistas azules, estuvieron desentonados y faltos de calidad para tocar con un mínimo de coherencia.
Empezaron a llegar las ocasiones de un Cedro, que sin prisa comenzaba a recoger los frutos de su buen trabajo y juego.
No tardó en llegar el gol; En la salida de un corner, uno de los medios del equipo blanco ejecutaba un imponente cabezazo que perforaba la meta del Ondiñas de forma espectacular.
El Ondiñas estaba K.O. Se produjeron los primeros cambios, y llegó una tímida reacción, que fue evolucionando hasta dotar al encuentro de más igualdad.
Geni, recuperado hoy para la causa, dotó al equipo de más seguridad y toque en la zona baja del campo, mientras que Fonseca dio algo de fuelle al ataque, aunque hoy el pichichi del Ondiñas no estuvo a su nivel habitual.
El arbitraje, fue malo, pésimo, de los peores que se han visto esta temporada. El colegiado se equivocó, titubeo en múltiples ocasiones afectado por la presión a la que le sometieron los jugadores del Cedro que lo coaccionaron en muchas decisiones con inteligentes gritos y presiones. (El partido fue muy limpio por parte de las dos escuadras)
El Ondiñas sin duda fue más perjudicado que el Cedro por las estúpidas decisiones del árbitro; Cuando agonizaba la primera parte, anuló una jugada muy peligrosa del Ondiñas por una falta inexistente y después pitó el final del primer periodo con dos minutos de adelanto.
La segunda mitad estuvo mucho más igualada y emocionante que la primera, aunque siempre fue Cedro quien tuvo controlado el partido.
El Ondiñas sacaba fuerzas de flaqueza y conseguía forzar a duras penas jugadas de peligro, mientras el Cedro contragolpeaba con más peligro todavía.
Muchas de las intervenciones de Bogarde fueron de mérito y evitaron que el segundo tanto llegara prematuramente.
Los minutos pasaban y la reacción del Ondiñas iba a menos y las escasas ocasiones desaparecieron. Para colmo Cedro hacía diana por segunda vez tras un cañonazo seco, que nació de un rechace aparentemente inofensivo.
Faltaban cinco minutos para el final, por lo que el partido estaba virtualmente rematado. Pero el árbitro se encargó de animar el final con la expulsión más absurda de los últimos años: Fonseca recibía una patada de un defensor que le hizo enfadar, protestando levemente. En la siguiente jugada, se vuelve a producir la patada, pero más fuerte, es de amonestación. Fonseca no abre la boca y sin embargo ve la segunda amarilla, Fonseca que no daba crédito pidió explicaciones, a lo que el árbitro contestó: -“Es que en la jugada anterior habías protestado”
Una expulsión surrealista, absurda y gratuita, que dibujó una sonrisa en los labios de todo el mundo, la verdad es que el árbitro bien se podría dedicar a dar funciones de circo ejerciendo de payaso, en vez de andar por ahí reventando partidos. Afortunadamente para todos la victoria de Cedro fue muy clara y merecida, por que si no, el partido podía haber acabado mal en vista de semejantes desequilibrios arbítrales.
Al final frenazo claro en las aspiraciones del Ondiñas, que prácticamente no podrá fallar más para conseguir el objetivo del ascenso y que tendrá que jugar el próximo partido sin poder alinear a su jugador más productivo, por una chiquillada sin sentido.
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